PASO 4:
Deja las DISTRACCIONES POSITIVAS para tu vida personal.
Las distracciones, junto con la improvisación, merman nuestra capacidad de trabajo.
Las distracciones pueden ser de varios tipos pero todas ellas restan tiempo y efectividad para llevar a cabo tus objetivos, pues pierdes la concentración.
Por un lado, están las distracciones tradicionales de siempre que reflejan una falta de atención y de interés por la labor que se hace. Ocurre cuando se está pendiente de los demás o simplemente se deja pasar el tiempo hasta el momento del término de la jornada laboral. El estrés, la saturación y el mal ambiente del entorno también ayudan a buscar distracciones como vía de escape. En todo caso el resultado es el mismo: una deficiente productividad.
Evita que la tecnología mal entendida sea una distracción.
Por otro lado, en estos momentos nos encontramos con una tecnología mal entendida y mal utilizada. Nos tiene enganchados de tal forma que, en lugar de ayudarnos, nos distrae constantemente con asuntos irrelevantes.
Gran parte de la sociedad vive pendiente de su smartphone cada 5 minutos, creando un mal hábito que se traslada a todos los ámbitos de la existencia. Desconectar se vuelve cada vez más difícil. El estar permanente on-line nos aísla del mundo analógico al cual físicamente pertenecemos. Ni tan calvo ni con dos pelucas.
Según algunos estudios, las distracciones suponen el 20% de pérdida en la productividad.
¡Imagina todo lo que podrías hacer con ese tiempo perdido!
El lugar de trabajo no es ajeno a esta mala moda y droga blanda. Es tal su repercusión económica, que en muchas empresas se prohíbe el uso de teléfono móvil con carácter general, siendo su utilización considerado una falta.
Contra las distracciones improductivas, utiliza el sentido común, ten tu LISTA DE TAREAS A PUNTO y céntrate en tu trabajo.
RESERVA UN TIEMPO CADA DÍA PARA RESPONDER TUS MENSAJES EN BLOQUE.
Vivimos en un mundo conectado. Cada poco tiempo recibimos mensajes, llamadas y correos electrónicos. Nuestro Facebook y grupos de whatsapp echan humo. Los mensajes de twitter van en aumento y recibimos avisos de nuevas imágenes subidas a Instagram. Luego están los blogs y los avisos de actualizaciones de nuestras apps…
Resumiendo, todo un exceso de información digital que nos desborda diariamente.
Destina un tiempo para concentrarte en atender todos tus mensajes.
Por ejemplo, márcate dos veces al día para atender todos tus emails, al inicio de cada jornada de mañana y tarde. Y luego céntrate en tus listas de tareas una vez hayas contestado o tomado las anotaciones importantes para tenerlas en cuenta de cara a tu próxima lista de tareas.
Personalmente es un sistema que me funciona muy bien y me evita estar constantemente pendiente del email, borrando spams en muchos casos. Me permite estar concentrado en una tarea concreta.
En EL MUNDO COMERCIAL es complicado el no estar permanentemente conectado, pero el uso racional e inteligente de la tecnología debe de jugar a nuestro favor. El cliente debe de sentirse atendido en todo momento, aunque, en un instante dado, no le podamos responder en el acto. Enviar un mensaje automático del tipo “Lo siento, pero ahora no puedo atenderte. Luego te llamo” es entendible, proporcionado y educado. Mucho mejor que interrumpir el fragor de la negociación con otro cliente para tampoco atender bien a un tercero.
Las urgencias deben de tratarse como una excepción, no como una norma.
La experiencia te ayudará a lidiar con tus imprevistos y con las urgencias reales, porque tendrás una parte de tu tiempo reservado para atenderlas. Aprenderás a separar lo verdaderamente urgente y bueno para ti de lo ordinario y que puede esperar.
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